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¡Yo tuve crisis de pánico!
Sebastián Drago comparte su experiencia real con las crisis de pánico y el proceso profundo que lo llevó a enfrentarlas. Un testimonio crudo, humano y honesto sobre el miedo, la muerte, y el valor de sanar desde adentro.
Cuando el ambientalismo choca con el individualismo
El dilema en Huasco refleja una tensión inherente en la lucha ambientalista: ¿cómo equilibrar los intereses individuales con el bienestar colectivo?
¿Qué es crecer?
Crecer tiene un vínculo con algo más profundo, con algo que es más cercano a evolucionar, a integrar, a volvernos completos, con mayor variedad de recursos para enfrentar la existencia.
El buen Ben
Este bueno de Ben se va ganando el cariño de la gente. Un extranjero que se hace de acá. No hay extrañamiento en su mínimo castellano. No le es propio, cierto, pero tampoco estrictamente necesario. Su apego se va dando naturalmente, por filiación y afiliación.
El valle sin nombre
La luz del bosque se había desvanecido ante sus ojos para después perecer ante una densa oscuridad, como si la hora del descanso hubiese llegado sin ninguna anticipación.
Una nueva familia
No puedo seguir avanzando, Alina. No mientras tus hermanos, mis niños, están muriendo allá arriba. Cada vez que matan a uno de ellos, es como si encajaran una estaca en mi propio corazón.
El monstruo debajo de la cama
Todas las noches el monstruo acechaba la habitación de la pequeña. Entrando en la oscuridad a través de la ventana, se instalaba debajo de su cama, esperando que el reloj avanzara hasta que en sus agujas se marcaran las tres de la mañana, la hora exacta en la que acariciaba su pierna
Expuesta
Llevo meses expuesta con ese miedo al frente que seduce, con las inseguridades que me pinchan, con mi razón tratando de iluminarme como escudo, y no siempre he salido airosa.
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El vecino de arriba
Mi casa siempre estaba oscura, apenas se filtraba la luz en algunos momentos del día. La temperatura húmeda de selva era perfecta para mí. Con respecto a si era un lugar tranquilo, yo diría que sí, se escuchaban algunos ruidos, pero normales. Mi preferido era el canto de los pajaritos y las canciones de arañas y elefantes. A veces me sobresaltaba porque escuchaba unos ladridos muy cerca. Tiempo después me enteré de que así responden los perritos también cuando se sienten contentos.
Durante un tiempo parecía que había sismos en la zona donde vivía o algo parecido, porque dos o tres veces al día, aunque a veces más, me sacudían fuerte. Era como si la madre tierra rugiera afuera, no sé.
Casi siempre, después de esos temblores, sentía un calorcito que apaciguaba aquellos temores. Parece que a eso le llamaban caricias, o escuchaba un sonido chirriante «muak», eso es un beso.
Con el correr de los días, fui sintiendo que mi hogar cada vez era más chiquito, pero no menos confortable. Así pasa en todos los nidos, nunca pierden el calor aunque emerja la urgencia de volar.
Un mensaje de nuestro editor
En Para Conversar creemos en el valor de detenerse. Publicamos contenidos que invitan a pensar, sin apurar ni adornar de más. Nuestra revista nace como un espacio para reflexionar con calma sobre lo que de verdad importa: cultura, sociedad, historia y vida cotidiana. No buscamos lo viral, sino lo valioso. Nos alejamos del ruido para acercarnos a lo humano, a la pausa, al diálogo.
Creamos este proyecto con una idea clara: que aún es posible conversar con sentido. Aquí confluyen voces diversas, honestas y comprometidas. Nuestro estilo es sencillo, cercano y directo, porque así hablamos cuando realmente queremos ser escuchados. Somos una revista cultural independiente hecha con cuidado, palabra por palabra.

Rodrigo Urquieta Alvarez
Editor Para Conversar