Sí, «el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos». En mi caso viejo culiao, y no me molesta. Porque entre tanta y tanta cosa ya estoy cansado de la buena onda y hasta de tener buena onda con mi buena onda.
Pero si tú, chiquillo, me llamas viejo culiao no te confundas, tu idea de viejo culiao es muy distinta a la mía. Porque los que nos vamos poniendo viejos sabemos que nos pesan más los años que los kilos. Eso se llama experiencia.
Claro, tú te reirás porque no me manejo bien con las redes sociales, el Instagram y la tecnología. Pero, ¿crees que me importa? Si se corta la luz y quedas sin señal o batería cagaste, a mí eso me tiene sin cuidado.
Sí, como un digno viejo culiao quiero más pacos, y que se les respete. Ya no entran en mi mundo esos grupitos de gentes de cualquier edad que se toman las chelas y un cartoné en plena via pública. Yo lo hice, con otros viejos culiaos, a escondidas y sabiendo que si nos pillaba un paco nos íbamos pa dentro, al menos por un rato.
«Quiero más pacos, y que se les respete. Ya no entran en mi mundo esos grupitos de gentes de cualquier edad que se toman las chelas y un cartoné en plena vía pública»
Como viejo culiao quiero profesores estrictos, que levanten la voz y le metan la penca al alumno irrespetuoso, sin miedo, con autoridad. Profesores de cartón los de ahora (obvio, no todos), que son tan pendejos como esos alumnos irrespetuosos y flojos.
Sí, definitivamente me viene bien eso de viejo culiado, aunque no del tipo Villegas o Mosciati, viejo culiado pero no rancio. Porque sólo siendo viejos culiaos podemos ver más allá, más allá de mañana y más allá de ayer. Porque hay que ponerse viejo culiado para iluminar en la oscuridad, para dar la «palabra precisa» y, con cariño, «la sonrisa perfecta». Hay que ponerse viejo culiao para dejar tanta gravedad y soberbia.
Finalmente, los viejos culiados somos los que estamos siempre más lejos y más cerca, más lejos del nacimiento o de la vida anterior y más cerca de nuestro jubileo (esperemos crédulamente que además sea gozoso) y la muerte. Y esa lejanía y cercanía es la que nos pone en medio del arcoiris, con la claridad y lucidez de quién sabe de dónde viene y adónde va.
Gracias muchachote porque con gran arrojo y valentía me llamaste viejo culiao ese día que te paré los carros. Tú te fuiste con tu orgullo y tu rabia, pero sin darte cuenta me iluminaste.
Viejo Culiao
Ser una persoa mayor en este mundo de ahora es el ticket para que los jovenes en muchos casos nos falten el respeto, se burlen de nosotros y nos crean unos estupidos.
Y cuidado con hablar de conseguir una amistad, eso es imposible, pues las viejas tienen en mente comportarse o como aburridas muertas en vida o pepillas aun. Y algunos hombres nos juzgan pensando que las mujeres mayores los estan buscando para romancear fuera de tempo.. Pobres conclusiones en ambos casos.
Bueno, espero que mis palabras no ofendan a nadie.