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Por el año 2011, su en ese tiempo joven y medianamente apuesto columnista hacía las veces de relator en unos cursos de Marketing para emprendedores, financiados por el SENCE, en diversas comunas de las regiones Metropolitana y de Valparaíso.

Eran los primeros días de septiembre, cuando al llegar a la sala de clases ubicada en La Cisterna, me encuentro con una de las asistentes, con su rostro sumamente apesadumbrado, con señales de haber llorado a mares, por lo que en mi rol de responsable del grupo, la invito a conversar al patio del establecimiento para saber el motivo de su pesar, a lo que ella me señala que no había pegado un ojo en toda la noche, preocupada por el accidente aéreo del avión CASA de la Fuerza Aérea, con destino a Juan Fernández, en el cual dentro de los pasajeros, transportaba al popular animador de televisión Felipe Camiroaga, por lo que devastada por los hechos, se retiró de clases para ir a su casa a seguir en vivo y en directo, los avances en la búsqueda.

Dos días después, teníamos una nueva jornada de clases y al llegar al lugar, me encuentro con la emprendedora, esta vez con un rostro mucho más tranquilo, por lo que le pregunto como se ha sentido y me dice que mucho mejor, ya que la noche anterior soñó con Felipito y este le dijo que “no se preocupara que él estaba bien y que iba a volver pronto”, con lo que su corazón quedó en paz, a la espera del retorno del Halcón de Chicureo.

«La noche anterior soñó con Felipito y este le dijo que “no se preocupara que él estaba bien y que iba a volver pronto”, con lo que su corazón quedó en paz»

Pero si usted es de esas personas, que no son del todo informadas, le cuento que ese Halcón, nunca más volvió, ya que la totalidad de los pasajeros del avión siniestrado, no sobrevivió al fatal accidente.

Nunca más volví a ver a mi alumna, ya que al parecer no logró recuperarse ni del impacto de la noticia, ni de lo poco preciso de su sueño.

Ni hablar de los masivos funerales que se celebraron en torno a la figura de Felipito, miles de personas se agolparon en las calles a entregar su último adiós al intérprete de célebres personajes como “Luciano Bello” o “El Washington”, instancias que siempre sucedían al son del cover de Los Bunkers de “Angel para un Final” popularizado originalmente por Silvio Rodriguez.

No está demás comentar que en ese año, estaba en pleno apogeo el movimiento estudiantil liderado por una serie de elocuentes y atractivos dirigentes universitarios, quienes 10 años más tarde, terminarían liderando la coalición que nos gobierna actualmente.

Este punto es relevante, ya que hubo algunos sectores de la población que señalaron un complot de los grupos privilegiados de nuestro país, para asesinar a Felipito, quién había manifestado su apoyo al movimiento social.

Muchas toallas y calendarios más tarde, la imagen de Camiroaga, solo fue creciendo con el tiempo, convirtiéndose en una especie de santo popular, al cual las señoras, en más de una ocasión le elevaron una plegaria para que viniera en su ayuda.

«Muchas toallas y calendarios más tarde, la imagen de Camiroaga, solo fue creciendo con el tiempo, convirtiéndose en una especie de santo popular, al cual las señoras, en más de una ocasión le elevaron una plegaria para que viniera en su ayuda»

Otra señora me comentaba, hace años, que ella cuando veía el matinal, retaba a los conductores, cuando se ponían muy groseros o decían cosas que no le gustaban. “Ay Margotcita, no diga esas cosas” “Jorgito, no se me ponga ordinario”, como si estos estuvieran en el living de su casa compartiendo con ella.

Revista Para Conversar

La soledad con la que conviven muchos compatriotas, los hacen ver en personajes de los medios, a personas con las cuales compartir sus días, a seres con los cuales pueden reírse, llorar o contarles sus penas, personas a las que ven a diario, mucho más de lo que ven a cualquiera de sus familiares o amigos, los llaman por su nombre, para ellos son “La Tonka”, “Julito Cesar” o “El Panchito”, son ellos los que las aconsejan, los que les dicen que se abriguen cuando hace frío, como se tiene que cuidar cuando salgan a la calles porque “está tan peligrosa la cosa”, son ellos los que viene a suplir las miles de carencias de esos ciudadanos que pasan buena parte del día con la pantalla del televisor encendida, no porque les interese de sobremanera el contenido, si no porque las acompaña.

«La soledad con la que conviven muchos compatriotas, los hacen ver en personajes de los medios, a personas con las cuales compartir sus días, a seres con los cuales pueden reírse, llorar o contarles sus penas, personas a las que ven a diario, mucho más de lo que ven a cualquiera de sus familiares o amigos»

Tal vez este sea un buen momento para llamar a ese familiar que pasa tanto tiempo solo,  a ese amigo que no has visto hace tiempo y que cuando lo ves, te das cuenta que pasa rabias y pelea solo, quizás este sea el momento de acompañarlos, de que por un momento ellos tengan que dejar de buscar en seres mediáticos, el cariño que por tanto tiempo se les ha negado…

Rodrigo Urquieta

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