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Desde el principio de nuestros tiempos la figura de Satanás, Lucifer o Belcebú nos ha hecho cultivar las pasiones y deseos más oscuros del ser humano. Los actos más rebeldes y agresivos que nos llevan a navegar por las penumbras del abismo y lujuria, creyéndonos libres, van emparentados desde el inicio con la música y luego con el rock que por supuesto esta nutrida de mitos y leyendas que conectan con lo más oscuro.

«Los actos más rebeldes y agresivos que nos llevan a navegar por las penumbras del abismo y lujuria, creyéndonos libres, van emparentados desde el inicio con la música y luego con el rock»

Todo lo que sonara a desenfreno, promiscuidad o profano era visto como una amenaza por una gran parte de la sociedad conservadora dominada por los canones religiosos. Estas expresiones musicales, amparadas siempre bajo una estampa, símbolos y ritmos pesados, son más bien expresiones de disconformidad, de romper con lo establecido que de corromper demoniacamente el alma de la juventud.

Los orígenes de la música están ligados de forma directa con la imagen del Diablo, llena de mitos y leyendas, desde tiempos de la mitología griega, con el musical Dios Pan, el sátiro Marsias fue despellejado tras perder un duelo con el dios Apolo, ambos virtuosos de la flauta, instrumento considerado malvado, el cual la iglesia consideraba “la pompa del diablo”.

En el siglo XVIII, a través de un sueño el diablo le dictaba la música a Giuseppe Tartini, quien al despertar escribió su sonata “El trino del diablo”, antítesis de lo que sería, en el siglo siguiente, el popular pacto con el diablo de Niccolo Paganini, dada su sobrenatural capacidad con el violín, su demacrada imagen, su vida de excesos, y su trágica y temprana muerte a causa de un cáncer.

Muchos compositores clásicos también abordaron la temática, Mozart con “Oda fúnebre masónica”, Berlioz con “El anillo de los nibelungos”, Wagner con “ La noche de Walpurgis” o el virtuoso y misterioso Franz Liszt con “El vals de Mefisto” y su obra “Fausto”.

Hay un término musical que se denomina “tritono” o “diabolus in musica” en latín. Esto se logra al tocar por ej. el acorde de -Do Fa Si- lo cual resulta en un sonido siniestro y disonante que fue asociado a lo malvado. Desde la edad media estuvo prohibido hasta finales del renacimiento. Sin embargo, Tony Iommy, padre de la música metal, sin saberlo al parecer, hizo de estas notas una marca registrada para su música y el género.

Iniciado el siglo XX, el Blues, que aclamaba por sexo, el juego y el alcohol, era blanco de los pastores del sur de EEUU, ya que era considerada la música del maligno ejecutada en tugurios de mala muerte.

En Robert Johnson, se personificó el mito, el “Rey del Delta Blues” figura emblemática del estilo, e inspirador de muchos músicos del incipiente rock and roll. Esto, cuenta la leyenda, dado sus 29 icónicas canciones y por su mítico y famoso “pacto con el diablo” que habría hecho una noche de San Juan en un cruce rural de caminos solitarios (croosroad lo llaman los gringos), lo cual al encontrarse con el mismísimo, este le habría afinado su guitarra, a lo cual Johnson le habría vendido su alma a cambio del virtuosismo que carecía, volviéndose luego un diestro y hábil guitarrista, eso sí, tuvo que pagar con su pronta muerte a los 27 años, envenenado a manos de un marido celoso.

Johnson le habría vendido su alma a cambio del virtuosismo que carecía, volviéndose luego un diestro y hábil guitarrista, eso sí, tuvo que pagar con su pronta muerte a los 27 años, envenenado a manos de un marido celoso.

La bandera pronto se traspasó a toda la generación de músicos del Rock and Roll de los 50, los cuales fueron blancos de críticas por parte de los conservadores padres fundamentalistas y segregacionistas que veían como los bailes, la sublevación y la promiscuidad sexual que proclamaban músicos como Elvis Presley, Little Richard o Chuck Berry, corrompían a los buenos jóvenes inmersos en una racista y moralista sociedad. Así El Rock and Roll quedaría con el aura manchada por siempre.

En los 60, comienza una referencia más directa al satanismo, músicos más abiertos a la experimentación, a la religiones, y sectas varias influenciados por drogas como el LSD, o la marihuana, abordan temáticas más ocultistas, como The Beatles, con su portada del “Sgt. Pepper’s… “ (1967) que incluía una imagen del mago ocultista Aleister Crowley, o los mismos Rolling Stones con su desafiante disco “Their Satanics Majesties Request” donde aparecían en portada disfrazados de magos y brujos, inspirados por Anita Pallenberg, novia de Keith Richard, considerada una bruja practicante de magia negra.

The Rolling Stones con su desafiante disco “Their Satanics Majesties Request” donde aparecían en portada disfrazados de magos y brujos, inspirados por Anita Pallenberg, novia de Keith Richard, considerada una bruja practicante de magia negra.

La década y el verano del amor terminaba en el ‘69 con un hecho trágico por parte de la “La familia”, secta que lideraba un falso profeta filosófico con dotes musicales, un tal Charles Manson convertido en máximo criminal, inspirado e inducido por un supuesto mensaje para él de “Helter Skelter” de los Beatles.

También ese año, el escritor, músico y ocultista Anton Szandor LaVey, editaba su “Biblia Satánica”, lo cual muchos músicos se sintieron atraídos.

Estas influencias recaerían en muchas agrupación de rock posteriormente, pero especialmente se asentó en la banda inglesa Black Sabbath, que ya en su disco debut homónimo del ’70 – y otros como Sabbath Bloody Sabbath – dejaba traslucir su postura oscura y “diabólica”, causando un gran impacto mediático, aunque sin embargo, solamente era una inspiración al cine y género de terror, con liricas de corte fantásticas y portadas siniestras, no teniendo mucha o ninguna relación con el satanismo, pero eso no era lo que pensaban los fundamentalistas cristianos que le hicieron la guerra.

Algo similar le sucedió a sus pares de Led Zeppelin, el cual su guitarrista Jimmy Page, amante del mago ocultista Alesteir Crowley, se cree que motivó a sus compañeros para venderles su alma al diablo, siguiendo los pasos de Robert Johnson, a cambio de su éxito, lo cual les habría costado bastante caro el pago, la muerte del hijo de Robert Plant, y la muerte del gran baterista John Bonham fueron el resultado. Además de esto, se ganaron acusaciones por supuestos mensajes subliminales de su canción “ Stairway to Heaven”, que luego veremos más en detalle.

Por su parte, una banda que nunca ha hablado del diablo en sus canciones, al contrario, su líder dice ser un ferviente cristiano, es Alice Cooper (nombre adaptado de una supuesta bruja). El problema era que sus actos derrochaban una teatralidad a base de sangre, sillas eléctricas, guillotinas y maquillajes siniestros, un espectáculo que en palabras de Alice: “solo pretendía satirizar la obsesión americana por el sexo, la muerte y el dinero”. Un verdadero shock rock en vivo que fue blanco de todos los dardos y por cierto influencia directa para bandas como Kiss, Motley Crue o Marylin Manson.

Algo similar les toco soportar a los Kiss en los ’70 que convertidos en un fenómeno de masas por sus espectaculares shows, disfraces y maquillajes incluidos, los apuntaron igualmente entre otras por la leyenda urbana de su acrónimo (con las S nazis) de: “Knights/Kings/Kids in Satan’ Service”.

Gene Simmons– apodado el demonio- por su atuendo tenebroso, explico en su biografía que básicamente le agradaba jugar con el misterio aquel, ya que como buen judío graduado en teología además, todo sensacionalismo al respecto ensanchaba sus arcas. Todo digno de un gran negocio.

El marketing fue un elemento crucial para despegar en popularidad en la surgente escena del heavy metal en los inicios de los años 80 y que mejor que hacerlo bajo la sombra de la muerte, la imaginería y el oscurantismo que bandas como Iron Maiden con su “Number of the Beast”, AC/DC con “Highway to Hell” u Ozzy Osbourne con “Blizzard of Ozz” supieron explotar con astucia en sus liricas y portadas, a sabiendas que aquello explotaría comercialmente debido al rechazo de las entidades religiosas y conservadoras de la época.

En el caso de los australianos de AC/DC, estos se vieron envueltos en la caza de brujas por su disco de 1979 “Carretera al infierno” y porque Angus Young, su guitarrista, se mostraba en portada con unos cuernos y cola de demonio. Pero la polémica que mas los empaño al respecto fue haberlos involucrado indirectamente en 1985, con un asesino satanista. Este, de nombre Richard Ramírez, cometía sus horribles crímenes escuchando aquel disco y en especial el tema “Nigth Prowler” (algo así como “merodeador nocturno”). Cuando por fin lo detuvieron, este vestía una camiseta con el logo de la banda. Esta demás decir cómo se vino la ola de críticas en contra de la banda, hasta empezó a rumorearse que sus siglas eran realmente cosas como “AntiChrist/Devil’s Children” (Anticristo/hijos del diablo). Angus Young declaraba que: “es estúpido que los sacerdotes se dediquen a asustar a la gente, nosotros no vamos ni con Dios ni el Diablo, solo nos interesa el Rock ‘n Roll”.

Ozzy Osbourne por su lado, luego de su salida de Black Sabbath, iniciaba su carrera con todo el legado e imaginario digno de las mejores películas de terror. Supo explotar, bien dirigido por su esposa Sharon, su imagen como el príncipe de las tinieblas, dedicándole canciones al ya citado Mr. Crowley, haciendo bobadas como morder murciélagos en vivo, o decapitando a una paloma en plena reunión con unos ejecutivos. Un loco que se ganó la fama de mala influencia e incitador al pecado.

Desde la década de los 50 que los artistas de rock han lidiado con los ataques de la iglesia, de asociaciones de padres, y sectores moralistas. Hasta que en 1985 se forma en Norteamérica, el PMRC (Parental Music Resource Center) por varias esposas de políticos conservadores. El fin de este organismo era advertirle a los padres de que tal o cual artista, glorificaba en su música temas como la violencia, consumo de drogas o cualquier inmoralidad. Para aquello dispusieron una etiqueta que iría puesta en cada disco que ellos consideraban peligroso de aquello. La asociación discográfica norteamericana acepto la famosa etiqueta que rezaba: “Parental Advisory” (“aviso a padres”). Este comité fue más alla y elaboro una lista de las 15 canciones más indecentes del momento, donde estaban incluidos artistas como Judas Priest, W.A.S.P., Mötley Crüe, Mercyfull Fate, entre otros. Cabe recordar que fueron llamados a testificar algunos músicos, entre ellos y el más celébre fue Dee Snider de los Twisted Sister, que dejó descolocados a todo el estrado con su certera declaración. Todo este esfuerzo no hizo mas que acrecentar las ventas de tales discos, todos sabemos que mientras más te adviertan algo, la curiosidad más te llama.

Un caso muy curioso, por decir lo menos, fue el que le tocó vivir a la banda inglesa Judas Priest, y de pasada su compañía discográfica CBS, cuando fue llevada a juicio por estar involucrada en un pacto de suicidio de unos estudiantes de 18 y 20 años oriundos de Nevada en 1985. Los jóvenes habían pasado la tarde bebiendo y fumando marihuana mientras escuchaban el álbum “Stained Class”. Luego, en un parque cercano, con una escopeta se quitó la vida uno de ellos, el otro acto seguido, falló en el intento y sobrevivió quedando con su rostro desfigurado quien declararía: “creo que el alcohol y la música heavy metal, como Judas Priest, nos impulsó, o incluso nos ‘hipnotizó’, para creer que ‘la respuesta a la vida era la muerte’”(pronto fallecería al no soportar el tratamiento)

Los jóvenes habían pasado la tarde bebiendo y fumando marihuana mientras escuchaban el álbum “Stained Class”. Luego, en un parque cercano, con una escopeta se quitó la vida uno de ellos, el otro acto seguido, fallo en el intento y sobrevivió quedando con su rostro desfigurado quien declararía: “creo que el alcohol y la música heavy metal, como Judas Priest, nos impulsó, o incluso nos ‘hipnotizó’

Según los familiares de los muchachos, la culpa de las muertes de los dos jóvenes la tenía Judas Priest y sus mensajes subliminales que incitaban a la violencia.

El abogado acusador también postuló que los jóvenes habían decidido matarse tras escuchar la canción “Better by you better than me”, que contenía un lacónico mensaje subliminal supuestamente grabado por el vocalista Rob Halford que decía “Do it” (“Hazlo”). Según Halford, este supuesto “mensaje oculto” no era tal, sino que se trataba de un efecto sonoro que se escuchaba entre líneas y que en realidad era una técnica de respiración profunda realizada para personalizar su interpretación vocal.

El abogado acusador también encontró otros supuestos mensajes subliminales al reproducir el álbum “Stained Class” al revés. Según éste, durante el tema “White head, red hot” se podía escuchar la frase  (“Que jodan al Señor, que los jodan a todos”). Lo mismo sucedía con la canción que daba título al álbum, donde se oía supuestamente la frase “Sing my evil spirit” (“Canta mi espíritu malvado”) y en la canción “Beyond the realms of death”, que contenía supuestamente el mensaje subliminal “Try suicide” (“Intenta suicidarte”).

El tema de los mensajes subliminales en la música es muy interesante, perteneciente a la psicología. «Pero yo no tenía idea. Sólo era un maldito cantante de una banda de heavy-metal. Estábamos desconcertados por algunas de las cosas que salían de esa sala del tribunal”, relataría Rob Halford, vocalista de Judas Priest. El juez indicó que «la investigación científica presentada no establece que el estímulo subliminal, aún si se percibe, pueda precipitar a una conducta de esta magnitud. Existen otros factores que explican el comportamiento del difunto independientemente del estímulo subliminal». Los miembros de Judas Priest también comentaron que si ellos quisieran insertar órdenes subliminales en su música, haciendo morir a sus fanes, era contraproducente y que en dado caso preferirían introducir el mandato «Compra más de nuestros discos». La banda tenía a su favor el resultado de otros juicios donde músicos fueron amparados gracias a la aplicación de la Primera Enmienda de la Constitución, que garantiza la libertad de expresión en Estados Unidos, sin embargo, años antes, el juez Jerry Whitched había firmado una sentencia en 1988 donde explicaba que la Primera Enmienda no los protegía de sus mensajes subliminales. Finalmente, no seria hasta 1990 que la banda quedaría absuelta de todos los cargos en su contra.

Recordemos un episodio en casa, Iron Maiden, reyes indiscutidos en este país, venerados a día de hoy en gran medida, talento aparte por cierto, por la extraña y ridícula censura que fueron víctimas en el año ’92 – ya iniciada nuestra democracia – en el contexto de su gira promocional del disco “Fear of the Dark”. Todo esto bajo la presión de la iglesia católica, que movió todas sus influencias y redes de poder, que valla que las tenía por aquel entonces, llegando a apelar directamente al ministerio del interior. El cardenal de la época Jorge Medina, que con tan sólo haber ojeado un par de portadas y leyendo, sin ningún trasfondo ni conocimiento, parte de algunas liricas, catalogó rápidamente a la banda de Satanistas y de mala influencia para la juventud. El gobierno incrédulo, puntualmente el ministro Velisario Velasco no prestó ninguna ropa al respecto, porque además legalmente no podía impedir el arribo de los ingleses, ni le interesaba hacerlo, desatando la ira del cardenal. Siguió buscando por otros medios, y finalmente la esfera eclesiástica ganó la batalla y la doncella y la fanaticada metalera se quedaron sin el esperado primer encuentro, acarreando millonarias pérdidas y decepción en la fanaticada. fuimos tildados (y bien tildados) de “retrógrados y mediavales” por el cantante de la banda Bruce Dickinson.

«El cardenal de la época Jorge Medina, que con tan sólo haber ojeado un par de portadas y leyendo, sin ningún trasfondo ni conocimiento, parte de algunas liricas, catalogó rápidamente a la banda de Satanistas y de mala influencia para la juventud»

Sin embargo, hubo una escena que se gesta a comienzos de los ’80 con bandas como los ingleses Venom, con álbumes como “Welcome to Hell” (81) y “Black Metal” cantado a base de gruñidos y alaridos, o los daneses Mercyfull Fate con su disco “Melissa” (‘83) que hablaba de visiones demoniacas, sacrificios satánicos y resurrecciones de muerto. Ambos fueron iniciadores del llamado Black Metal. Este movimiento se notaba que iba mas en serio, dando un paso más alla y sin doble discurso, donde las portadas, liricas e impronta dejaban claro su postura anticristiana. De ahí en tanto surgieron nuevos discípulos como los suecos Bathory, los suizos Celtic Frost, los alemanes Destruction y Sodom entre otros. Se sumaron luego los americanos del lado de Florida, un movimiento denominado Death Metal, con bandas como Deicide, Obituary , Morbid Angel y Death entre otros, que a su vez corrieron el cerco mas allá y asi hasta llegar a bandas tan retorcidas y gore como Cannibal Corpse, o el infernal y apocalíptico sonido de Slayer. Ya entrado en los 90, surgía un black metal más comercial con bandas como Dimmmu Borgir,  o Cradle of Filth entre muchos otros que tomaban la bandera de la oscuridad.

Los que se pasaron realmente de revolución, fue un movimiento de Black Metal surgido en Noruega, a mediados de los ’80, adoradores de dioses vikingos como Odín y Thor, que además mezclaban elementos del paganismo nórdico, utilizando la música como un puente para hacerle la guerra al cristianismo y erradicarlo de su territorio a cualquier costo para así devolver las creencias y valores paganos. Quemas de iglesias, profanación de tumbas, asesinatos y otros delitos fueron la expresión más siniestra y empírica de la maldad en la música. Se formo un perverso club llamado “Inner Circle” integrado por diferentes músicos, que a modo de secta, organizaban delitos, rituales y cualquier blasfemia que se pueda imaginar. En poco tiempo la policía los fue deteniendo, otros murieron y se fue perdiendo así la fuerza de este círculo interno, solo con algunos casos asilados que intentaron resurgirlo a posterior. Sin duda este episodio da para un artículo completo al respecto.

Quemas de iglesias, profanación de tumbas, asesinatos y otros delitos fueron la expresión más siniestra y empírica de la maldad en la música. Se formo un perverso club llamado “Inner Circle” integrado por diferentes músicos, que a modo de secta, organizaban delitos, rituales y cualquier blasfemia que se pueda imaginar.

La simbología es también parte importante del rock, las cruces, el pentagrama, brujos, demonios o calaveras son habituales en la iconografía. Existe un famoso gesto que esta internalizado por la comunidad metalera es la mano cornuta. Es gesto que aparecería por primera vez en una portada de la banda inglesa Coven de 1969 “Witchcraft Destroys Minds & Reaps Souls”, además de cruces invertidas y la frase “Hail Satan”. Pero no fue hasta que Ronnie James Dio lo haría popular en el mundo del rock y metal.

El origen de este gesto es muy diferente, Según las palabras del propio Dio, que contó esta historia en un documental, señalaba que su abuela, de origen italiano solía curarle el mal de ojo también conocido como “malocchio” usando el símbolo de los cuernos. Según la creencia, esto aleja al mal de un cuerpo y nada tiene que ver con lo venerar al demonio. En resumen, es utilizada por algunos pueblos como un mantra gestual para ahuyentar a los malos espíritus.

Existe un término que se denomina Backmasking, o mejor dicho “mensaje subliminal”. Estos mensajes ocultos, se popularizaron en el cine por allá en 1956, con el fin de incitar al publico a consumir mas bebidas y palomitas de maíz. Luego un experto en publicidad desmintió la efectividad del experimento, pero la suerte ya estaba echada.

En cuanto a la música, en los años 60 bandas como The Beatles, o The Beach Boys empezaron a experimentar con las posibilidades del estudio. Por ejemplo en 1966, John Lennon experimentaba en álbum Revolver con el tema “Tomorrows never knows” o al final del tema “Rain”. Estos mensajes escondidos solo resultan evidentes si solo se reproduce una canción al revés.

Volviendo a Led Zepellin, uno de los impulsores del mito, y su clásico “Stairway to heaven”, fueron acusados por algunos conspiranoicos de que la reproducir esta canción al revés se dejaban escuchar mensajes satánicos:

«Oh here’s my sweet Satan.
The one whose little path would make me sad, whose power is Satan.
He’ll give those with him 666, there was a little toolshed where he made us suffer, sad satan»

“Oh aquí está mi dulce Satán
Aquel cuyo estrecho camino me hiciera triste, cuyo poder es de Satán.
Él le dará a aquellos el 666, había un pequeño cobertizo donde él nos hacía sufrir, triste Satán»

Otro clásico del rock, de millonarias ventas, muy analizado por estos buscadores de lo oculto, es “Hotel California” de The Eagles, lanzado en 1976. Sobre este álbum y canción en particular se han dicho montones de teorías y leyendas urbanas, como que el titulo era una referencia a la Iglesia de Satán fundada en California, que su fundador Anton LaVey aparecía en las fotos internas, y por supuesto que vendría un mensaje satánico oculto.

Sobre el significado de la misma letra, hubieron múltiples interpretaciones, tales que hacía referencia a un hotel real, que hacía referencia a un psiquiátrico estatal de Camarillo con un enfermo tratando de escapar de ahí, que es sobre una adicto que intenta escapar de una clínica de rehabilitación de drogas, o que es el viaje de hombre al infierno.

Veamos que dice la letra:

Allí estaba ella en la entrada,
Escuche la campanilla (de la recepción)
Y pensaba para mí,
Esto podría ser el cielo o el infierno…

Entonces llamé al capitán,
por favor tráigame mi vino, y él dijo:
no hemos tenido esa bebida aquí desde 1969. (referencia a lo de Charles Manson?)
y todavía aquellas voces llaman desde lo lejos,
te despiertan en mitad de la noche,
solo para escucharles decir:..
.
Bienvenido al Hotel California,
qué lugar tan encantador,
qué lugar tan encantador-
qué hermosa fachada.

Viven la vida en el Hotel California,
qué agradable sorpresa,
qué agradable sorpresa-
traen tus excusas (coartada: alibi)…

Espejos en el techo,
reflejan champán en hielo,
y ella dijo:

Todos nosotros somos prisioneros aquí,
de nuestro propio juego

Y en las habitaciones del maestro,
se reunían para el festín,
lo apuñalaban con sus cuchillos de acero,
pero simplemente, no pueden matar a la bestia. (sacrificios rituales?)

Lo último que recuerdo,
estaba corriendo buscando la puerta,
tenía que encontrar el pasadizo de vuelta,
hacia el lugar donde estaba antes.
«Relájese», dijo el portero,
estamos programados para recibir,
puedes hacer el check out
en el momento que quieras,
pero nunca te podrás ir.

Ah y sobre el mensaje oculto:

La parte que cantan : “this could be heaven, or this could be hell” ( esto podria ser el
cielo o el infierno) al reverso sonaría :

“Yeah Satan. How he organized his own religion
Yeah, well he knows he should. How nice!”

“Si Satan. Como organize su propia religión
Si, él sabe bien que lo haría. Qué maravilla!”

Y bueno, sin embargo Don Henley, fundador de la banda, ha defendido la versión oficial: «La letra describe la creación del título como un resort de lujo, donde puedes pagar la cuenta en cualquier momento, pero nunca puedes salir; la canción es una alegoría sobre el hedonismo, la autodestrucción, y la codicia de la industria de la música de finales de 1970». Además añade: «es básicamente una canción sobre el lado oscuro del sueño americano y sobre el exceso en los Estados Unidos, que es algo sobre lo que sabíamos mucho».

Como vemos el mundo del rock está lleno de mitos y leyendas urbanas que lo relacionan con el maligno, la lista de músicos que han estado simpatizando con el demonio es infinita, Beatles, Rolling Stone, Black Sabbath, Doors, Iron Maiden, Marilyn Manson…etc.

Como fans del rock y sus derivados tenemos claro que la libertad de expresión es parte de la bandera que se profesa, el correr los cercos de lo establecido y escarbar en los océanos de lo oculto es un juego latente que no debería preocuparnos, por el contrario, debemos tomarlos como una manera diferente de ver la vida y visión del artista a sabiendas que mucho de lo que se nos vende como tal, la verdad no es ni de cerca, solo estrategias de venta en su mayoría. De todos modos, cuando nuestros valores y principios están bien enraizados, y nos topemos con el diablo parado en la equina del barrio invitándonos a dar una vuelta por el lado más oscuro del rock, tu respuesta la tendrás a la mano.

Julio Nuñez Vasquez

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