I
Despertar en ese lugar con una cámara en la mano y sin tener idea de cómo o porque llegó ahí, fue una experiencia interesante, dió unos pasos atrás hasta apoyarse en la pared fuera del camino de la gente en el lugar, inhalo y cerró lo ojos, un grupo de recuerdos fragmentados pasaron por su mente, un rostro, unas palabras, un trabajo de sacar fotos en un evento pequeño, recordaba tomar la cámara de la bolsa bajo su cama y recordaba salir de casa, nada más sobre esta situación.
Le pareció extraño, si bien sabía que tenía capacidades en fotografía no era particularmente buena, así es que… ¿por que alguien la contraría para sacar fotos?, ¿quién la contrató en primer lugar?, frunció el ceño mientras continuaba respirando lentamente, esto siempre le ayudaba a recordar, el rostro, la voz, le eran conocidas, liceo, ¡¡clases juntos… Esteban!!, fue Esteban, ¿por qué la contrataría?, la conocía, sabía que no era buena… ya no importa, pensaría en eso más tarde.
Abrió los ojos, sujetó la cámara con fuerza en sus manos y volvió a acercarse a donde la gente estaba disfrutando de la música en vivo, ignorando al público y abriéndose paso hasta adelante frente la banda, se agachó ignorando los brillantes focos que la iluminaban, comenzó a sacar las fotos.
Mientras buscaba la bolsa de la cámara entre el resto de los equipos, su vista tropezó con una ventana que le sirvió de espejo, notó por primera vez su apariencia por completo esa noche, su pelo negro estaba tomado en un moño alto, algo suelto, pero funcionaba, jeans, botas altas y un largo abrigo negro que cubría su camisa, no era el look que elegiría, pero funcionaba, se acercó a la ventana para ver más detalles, pero su vista se detuvo al notar la sombra bajo y sobre sus ojos, le agradaba el estilo, cerró los ojos intentando recordar donde estaba la bolsa, pronto todo se fue a negro.
II
Parpadeó… un pequeño dolor de cabeza desaparecía rápidamente de su atención, un espejo frente a ella le mostró donde estaba, su habitación y su apariencia, el abrigo estaba tirado sobre la cama y tenía un cole en la muñeca, se giró ignorando su reflejo y vio sobre su cama que junto al abrigo estaba su mochila, se acercó para abrirla, dentro estaba el bolso de la cámara, su billetera, audífonos, un cargador y un polerón.
Sacó el bolso de la cámara para guardarlo en uno de los espacios de su mueble; la cámara siempre le fue interesante, casi nunca la usaba y se la habían regalado para su décimo cumpleaños, la había pedido muchas veces y no recordaba haberlo hecho, lo suyo era la música, pero bueno, fue un regalo, fantástico de todos modos.
Fue hasta su billetera y sacó la paga por las fotos de la noche, la guardó en la caja de la izquierda, donde guardaba las cosas que había obtenido sin recordar por qué, para no confundirse.
Luego de sentarse en su cama tomó la libreta de su velador, la libreta, (agenda para ser más específica) era su forma de seguir sus vacíos, la abrió en la fecha adecuada y leyó una pequeña anotación en la parte superior:
“Esteban se me acercó hace unos días y había olvidado anotarlo, me pidió un trabajo de registro en un evento de concierto que harían en su casa, acepté, no sería un problema, sacar fotos siempre es bueno y si me pagan mejor aún”
A veces había notas así, que mencionaban cosas que por lo general no recordaba, pero aprendió a ignóralas con el tiempo, nadie a su alrededor tenía respuestas a eso y tampoco era algo malo, simplemente era otra cosa con su mente, añadió lo que hizo durante el evento en caso de que lo olvidara y luego volvió a dejar la agenda donde estaba y se agacho para quitarse la botas.
Simón Ortiz Cajigal