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Poco y nada
Un poco y nada, a eso hemos reducido el lenguaje, o a eso nos está reduciendo el lenguaje. ¡Vaya forma de hablar!
Y estos diálogos y frases no son exclusivas de periodistas y autoridades. Se escuchan normalmente en todo contexto y ambiente.
La pena tiene mala fama
Es curioso pensar que en la vorágine de nuestra vida todos hayamos tenido que convivir con ella en algún momento y que nunca nos hayamos preguntado si es que esta tiene sentido, es extraño porque seguimos vivos, seguimos creciendo, seguimos intentando hacer lo que creemos que es correcto y no hay un solo ser humano que no la haya sentido y es más, que al mismo tiempo sean experiencias con mas tristeza las que dejan huellas más profundas en nuestra vida y que, tristemente (¡que paradójico!), sólo se nos haya enseñado a huir de ella. Es por esto que les propongo una pregunta: La pena ¿tiene sentido?
Muera el fútbol
Es el fútbol bussines, ese que tiene como embajadores y representantes a una pléyade de periodistas que se esfuerzan en hacernos creer que lo más importante es el fútbol, y te llenan de dramas y culebrones que tú sigues con gran atención, hablándote de la danza de millones, de los kilos y litros de más de tal o cuál jugador, de sus autos y mansiones de lujo, de sus parejas, de lo que se dijeron, de que se miraron
No, yo no quiero ser un unicornio
Hemos recorrido un largo trecho, somos valientes al dejar de lado la “estabilidad” y creado desde nuestros deseos y motivaciones más profundas, es decir desde cero. Estamos ahí, a veces se vuelve complejo ver el final (del mes principalmente) pero ánimo, somos muchos más y estamos creando una nueva manera de “alcanzar el éxito”
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El vecino de arriba
Mi casa siempre estaba oscura, apenas se filtraba la luz en algunos momentos del día. La temperatura húmeda de selva era perfecta para mí. Con respecto a si era un lugar tranquilo, yo diría que sí, se escuchaban algunos ruidos, pero normales. Mi preferido era el canto de los pajaritos y las canciones de arañas y elefantes. A veces me sobresaltaba porque escuchaba unos ladridos muy cerca. Tiempo después me enteré de que así responden los perritos también cuando se sienten contentos.
Durante un tiempo parecía que había sismos en la zona donde vivía o algo parecido, porque dos o tres veces al día, aunque a veces más, me sacudían fuerte. Era como si la madre tierra rugiera afuera, no sé.
Casi siempre, después de esos temblores, sentía un calorcito que apaciguaba aquellos temores. Parece que a eso le llamaban caricias, o escuchaba un sonido chirriante «muak», eso es un beso.
Con el correr de los días, fui sintiendo que mi hogar cada vez era más chiquito, pero no menos confortable. Así pasa en todos los nidos, nunca pierden el calor aunque emerja la urgencia de volar.
Un mensaje de nuestro editor
En Para Conversar creemos en el valor de detenerse. Publicamos contenidos que invitan a pensar, sin apurar ni adornar de más. Nuestra revista nace como un espacio para reflexionar con calma sobre lo que de verdad importa: cultura, sociedad, historia y vida cotidiana. No buscamos lo viral, sino lo valioso. Nos alejamos del ruido para acercarnos a lo humano, a la pausa, al diálogo.
Creamos este proyecto con una idea clara: que aún es posible conversar con sentido. Aquí confluyen voces diversas, honestas y comprometidas. Nuestro estilo es sencillo, cercano y directo, porque así hablamos cuando realmente queremos ser escuchados. Somos una revista cultural independiente hecha con cuidado, palabra por palabra.

Rodrigo Urquieta Alvarez
Editor Para Conversar