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Periodista: ¿Por qué no nos explica «un poco» en que consiste el proyecto de ley?

Ministro: Bueno, el proyecto es parte de nuestro programa de gobierno…»y nada», esperamos que sea aprobado por el Congreso…

Un poco y nada, a eso hemos reducido el lenguaje, o a eso nos está reduciendo el lenguaje. ¡Vaya forma de hablar!

Y estos diálogos y frases no son exclusivas de periodistas y autoridades. Se escuchan normalmente en todo contexto y ambiente.

Una cosa es la muletilla: aaaa, eeee, mmm, cierto?, que en el fondo no dice nada y a penas es un simple sonido. Pero el «cuéntame un poco» y el ”y nada», dicen algo, o poco y nada, dicen, no suenan.

Si me pides que te explique «un poco», te explico un poco, pero quedarás con muchas dudas, ¿o es que quieres que te explique todo?

Entonces pídeme que te explique, así de simple, y te explico más que poco.

Y si respondo «….y nada…», acaso no estoy reduciendo a nada lo que debería decirte. —¿Por dónde pasó la victoria? Ehhhhh bueno, las cosas se nos dieron y nada, ganamos. Clarísimo, poco y nada.

Exasperante hablar, o mal hablar sería mejor, testimonio de la pobreza cultural de la sociedad actual. Un pequeño botón de muestra de un abanico amplio de errores y aberraciones lingüísticas y gramaticales donde los periodistas, o una gran parte, por lejos llevan la delantera, pero muy de cerca le siguen políticos, líderes de opinión, deportistas y un montón de homoparlantes que hemos olvidado algo tan básico como hablar bien.

V.C

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