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Si hubo un formato que dominó el mercado de la música en los años 80`s, !Ese fue el casete!

Para nadie es un misterio, que el casete en Chile era sumamente masivo, la gente los utilizaba, ya sea para grabar música de la radio, hacer compilados o para tener registros diversos (todos odiamos a ese locutor que pinchaba los temas con el nombre de la radioemisora).

Pese a la situación política del país, el mercado de casetes era bastante amplio y diverso, cubriendo buena parte de los gustos de la población de aquellos tiempos. Había música romántica, ritmos tropicales, rancheras, folklore, rock, pop, baladas, boleros, compilados, humor (los “chistes cochinos”), cuentos infantiles, etc.

«Había música romántica, ritmos tropicales, rancheras, folklore, rock, pop, baladas, boleros, compilados, humor (los “chistes cochinos”), cuentos infantiles, etc.»

En esa épocas había varias tiendas de música donde se vendían casetes y vinilos, yo como buen porteño, recuerdo que en Valparaíso habían algunas tiendas que eran lugares obligados al momento de buscar música: “La Casa Amarilla” en calle Pedro Montt, una disquería pequeña, cuyo nombre no recuerdo, que tuvo dos locales distintos en calle Eleuterio Ramírez, “Set Musical” en Independencia esquina Edwards (frente a Plaza Victoria), “Colt 70” en Calle Condell y otras más repartidas en diversos rincones de la ciudad. Sumado a esto estaba el comercio informal de casetes piratas con portadas fotocopiadas en blanco y negro, para quienes no podían acceder a esos primeros casetes blancos con carátulas más simples, que fueron paulatinamente remplazados por los casetes grises ahumados con carátulas más extensas.

En tiempos en que la televisión por cable no estaba en los planes de nadie, ni menos esta maravilla llamada internet, eran los programas juveniles como “Más Música”, “Extra Jóvenes”, “Sábado Taquilla” quienes junto a diversas radios, llevaron la bandera promocionando y comentando algunos de los lanzamientos de la semana, siendo esta una de las pocas formas de enterarse de las noticias de los cantantes o grupos más taquilleros del momento.

Hay que recordar que en el comercio estaban disponibles los casetes en blanco los cuales se utilizaban para diversas tareas y las marcas más populares eran Sony, TDK y Maxell, entre otros, los que a su vez tenían sus distintas versiones: cintas normales, cintas de cromo, y cintas de distinta duración, siendo las más populares las de 60 y 90 minutos.

El formato terminó de explotar con la llegada a Chile de las radios doble casetera, lo que sumado al fenómeno comercial del Walkman (llamado localmente como “personal estéreo”), llevó este formato a su momento de mayor auge.

Pero como las pilas nunca fueron un producto económico y había que cuidarlas, el mejor aliado para rebobinar o adelantar el casete era el viejo y querido lápiz Bic, con el cual se podían hacer ambas tareas de manera eficiente y manual.

Uno de los momentos más terribles en la vida de cualquier adolescente de pantalones amasados, era que la casetera atrapara la cinta y se rompiera la misma, viendo como esa cinta favorita se convertía en un enredo tal, que muchas veces era imposible de disolver.

«Uno de los momentos más terribles en la vida de cualquier adolescente de pantalones amasados, era que la casetera atrapara la cinta y se rompiera la misma, viendo como esa cinta favorita se convertía en un enredo tal, que muchas veces era imposible de disolver»

Con la masificación del Compact Disc (CD), el casete fue abandonando paulatinamente su presencia en las estanterías de las tiendas y actualmente solo hay algunos cantantes que utilizan este formato, más a modo de nostalgia, que por motivos comerciales o musicales.

En mi caso, aún tengo guardados unas cuantas cintas, imagino que usted también tiene las suyas.

El autor agradece a Rodrigo Urquieta por su colaboración en este post.

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